Los diamantes cultivados en laboratorio, a pesar de ser prácticamente idénticos a los diamantes extraídos y ofrecer una alternativa más ética y sostenible, a menudo están rodeados de mitos y conceptos erróneos. En Pascal, creemos en educar a nuestra comunidad sobre la realidad de nuestros diamantes cultivados en laboratorio de colores. Vamos a desacreditar algunos conceptos erróneos comunes.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio no son diamantes "reales": Hecho: Los diamantes cultivados en laboratorio, incluidos los de colores, son diamantes 100% reales. Tienen las mismas propiedades físicas, químicas y ópticas que los diamantes extraídos. La única diferencia radica en su origen: uno se crea en un laboratorio en condiciones controladas y el otro se saca de la tierra.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio son de calidad inferior: Hecho: La calidad de un diamante está determinada por su corte, claridad, color y quilates, no por su origen. Los diamantes cultivados en laboratorio de Pascal se pueden cortar y pulir con los mismos estándares que los diamantes extraídos. Además, nuestro riguroso control de calidad garantiza que cada pieza cumpla con nuestros estándares de alta calidad.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio son fáciles de diferenciar de los diamantes extraídos: Hecho: Sin instrumentos gemológicos profesionales, es casi imposible distinguir la diferencia entre los diamantes cultivados en laboratorio y los extraídos. Son idénticos en apariencia, dureza y brillo.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio son menos valiosos porque no son 'raros': Hecho: el valor de un diamante no proviene únicamente de su rareza. Viene de su belleza, su simbolismo y su capacidad para transmitir emoción. Los diamantes de colores cultivados en laboratorio de Pascal, con sus matices vibrantes y orígenes éticos, ofrecen un valor único que va más allá de la rareza.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio no son ecológicos porque requieren alta energía: hecho: si bien es cierto que la creación de diamantes cultivados en laboratorio requiere energía significativa, el impacto ambiental general es aún mucho menor que el de los diamantes extraídos. La producción de diamantes cultivados en laboratorio no implica una gran interrupción de la tierra, contaminación del agua o preocupaciones de derechos humanos asociadas con la minería tradicional de diamantes.
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Mito: Los diamantes cultivados en laboratorio no duran tanto como los diamantes minados: Hecho: La durabilidad de un diamante está determinada por su dureza, y los diamantes cultivados en laboratorio ocupan un 10 en la escala de Mohs, al igual que los diamantes extraídos. Son igualmente duraderas y durarán generaciones.
Los diamantes cultivados en laboratorio, como los que producimos en Pascal, son reales, hermosos y aquí para quedarse. Ofrecen una alternativa sostenible, ética y asequible a los diamantes extraídos tradicionales, sin comprometer la calidad o la belleza. Es hora de dejar las cosas claras y abrazar los diamantes cultivados en laboratorio para las brillantes innovaciones que realmente son.